viernes, 22 de julio de 2011

"DOCTOR"

COLEGIO DE ENFERMERAS Y ENFERMEROS DE COSTA RICA

A la comunidad de Profesionales de Enfermería, se les informa, que con motivo de la publicación en la Revista Médica (Buena Salud), Medicina, Vida y Bienestar, del Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica, año II volumen VIII, junio 2010. El entonces Presidente Doctor Roulán Jiménez Chavarría, se refirió en el Editorial sobre el uso social del término “doctor”, en la Profesión de Enfermería.

Por ello, la Junta Directiva del Colegio de Enfermeras y Enfermeros de Costa Rica, en el III cuatrimestre del 2010 y el II semestre del 2011, realizó diverso esfuerzos alegando el derecho de respuesta ante la Revista, incluso el reclamo se elevó ante la Sala Constitucional, sin éxito.

Luego de haber agotado estas instancias, procedemos a publicar el documento en la página web del Colegio.


ENFERMERÍA SE PRONUNCIA RESPECTO AL USO DEL TÉRMINO “DOCTOR”



Llama la atención que se dedique el Editorial de una Revista Médica (Buena Salud) Medicina, Vida y Bienestar. La Revista Informativa del Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica, año II Volumen XIII, de junio 2010 en la página 5, en el cual el Presidente del Colegio de Médicos y Cirujanos de Costa Rica. Dr. Roulán Jiménez Chavarría, no es claro, si a título personal o en nombre de otros (as), colegas, se refiere a la gran zozobra que les provoca, que el Colegio de Enfermeras de Costa Rica, esté facultado, mediante el Reglamento de Incorporación (Gaceta No 57 del 23 de marzo 2010, página 47) para hacer uso social del término “doctor”, para referirse a la profesión de enfermería.

En solicitud de derecho de respuesta, el Colegio de Enfermeros (as) de Costa Rica, se permite contestar a esta “profunda preocupación” que probablemente no sea el temor a una simple confusión, sino un franco malestar lo que le aqueja, al editorialista, por el derecho que no sólo la legislación y la costumbre asisten a la enfermería, sino también la historia. Saben muy bien los y las enfermeras que los pacientes no están confundidos ni mucho menos, como expresa el Dr. Jiménez. Porque si bien el honorable cuerpo médico imagina que las enfermeras se “quieren apropiar” de un término social que no les pertenece, disculpen señores y señoras, que si de pertenencia se tratase, tampoco le pertenecería el uso social de “doctor” a quienes ejercen la medicina.

Y cuál es la razón para que sólo se cuestione en su editorial a la enfermería, no así a otras profesiones que, junto con la enfermería y medicina, forman parte de las Ciencias de la Salud.

Y por qué habría de confundirse el paciente, si el abordaje integral de la salud, precisamente requiere de la intervención de un equipo multidisciplinario, que lo visualice como un todo y no como a un objeto desmembrado o dividido, ni portador de saber alguno, sin criterio y menos opinión. Hasta el momento ningún paciente se ha quejado de que algún enfermero (a) lo trate apropiándose de un ropaje médico. Porque todos y todas las profesionales en enfermería tienen muy claro cuál es el verdadero quehacer de nuestra ciencia, que por cierto fue primero y mucho más antigua que la medicina.

La enfermería como ciencia ha tenido un constante acercamiento con los pacientes, lo que ha hecho conocedora de sus necesidades, quejas y dolencias del cuerpo y del alma.

Muy atinado y claro está la definición del término “doctor” tomado directamente del Diccionario de la Real Academia Española, definición que jamás se ajusta al médico, ni a ninguna otra profesión, que no haya realmente alcanzado el grado académico de “Doctor”.

Bien es sabido por todos y todas que el nivel de profesionalización básica de la medicina, la enfermería y otras afines es el de Licenciatura y que las prácticas sociales antiguas a las que usted se refiere, si son tan válidas para el médico, lo son también para la enfermería no monopolio exclusivo de la medicina.

Es bien pobre el argumento esgrimido de la cantidad de créditos adicionales que supone un doctorado universitario. El médico es tan licenciado como un enfermero (a) y/o un (a) nutricionista; por tanto si el término “doctor” es adquirido por costumbre y no por ningún mérito académico obtenido con gran esfuerzo intelectual y posterior al grado de Licenciatura, porqué molestarse tanto por un derecho compartido, si en medio de esta tonta palestra quien está es el paciente, que ni siquiera se habrá percatado de tales celos profesionales y por igual permite ser atendido por el médico, el microbiólogo y o la enfermera, cada uno (a) en la especificidad de su campo laboral profesional.

Pero si es tanta la angustia por el sufrimiento que pueda generar este uso social, que a nadie beneficia ni daña, llámense solamente médicos, que así no correrán riesgos de confusión de roles. Cuál es el temor de que algún profesional les mueva el pedestal en el que solamente ustedes se han colocado. Cuál profesión les está disputando las patologías, tan amadas por ustedes que no han logrado trascender el paradigma biologista. El paciente es persona, con pensamientos sentimientos y aflicciones, no un hígado enfermo o un cáncer terminal. No hay que sufrir tanto porque el saber les alcanzó la tradición y editoriales como el comentado les deja al descubierto sus intereses mezquinos, misóginos y ancestrales.

Compañeros de palestra, la enfermería no les está quitando ningún derecho adquirido o concedido por la historia. La enfermería ha alcanzado una profesionalización que no tiene retroceso, sólo se les plantea y se les exige el respeto a la dignidad bien merecida y el derecho a compartir los valiosos saberes que nuestra profesión genera día a día. Los y las usuarios de la salud no son objetos de su pertenencia exclusiva, son personas que también reclaman y merecen el respeto a sus necesidades, sentimientos, pensamientos y saberes y constituyen la razón de ser de nuestras profesiones.

En la enfermería se conforman equipos de trabajo de alto desempeño, profesión, que a través de la historia siempre ha sido el bastión de toda entidad de salud, el pilar fundamental que las sostiene y como conocedores del propio valor, el Colegio de Enfermeras y Enfermeros de Costa Rica, junto a todos y todas las colegiadas, están anuentes a compartir el trabajo en condiciones equitativas, sin discriminación de género, sin ningún tipo de opresión como en el pasado.

La invitación es al trabajo cordial junto en verdadera sinergia positiva con dignidad, ética, nobleza y alto sentido del honor y la virtud. Habida cuenta de lo anterior vale citar una hermosa frase de la Dra. E. K. Ross, en su libro “la Rueda de la Vida” “Vive de tal forma que al mirar hacia atrás no lamentes haber desperdiciado la existencia”.

Muy acertada fue la profesional en Enfermería Máster Gilda Granados, quien junto con otras y otros, perseveraron con múltiples gestiones ante los órganos del Colegio, para que se hiciese valer sus derechos profesionales al uso social del término, “doctor”, “doctora”, reafirmando así las relaciones democráticas en los ámbitos de encuentro de las profesiones de las ciencias de la salud.


Dra. Agnes Lilliette Gutiérrez Rojas

Fiscal

Dra. Marlen Calvo Solano
Presidenta



Colegio de Enfermeras (os) de Costa Rica


1 comentario:

  1. Que triste como dos tipos de profesionales en el área de salud discuten por estas cosas! admiro increíblemente el trabajo que realizan los médicos y respeto mucho el título que con esfuerzo y mérito se han ganado, algún día espero que esto deje de ser motivo de discusión!

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