jueves, 26 de enero de 2012

No hay precio


Simplemente el pasar el tiempo con personas que te hacen reír, compartir momentos de alegría, tristeza y anécdotas sin importar el lugar o el tiempo que lleve, lo hace a uno recargar baterías, sentirse bien y hasta ver la vida desde un ángulo diferente.
El reír es una de las formas por las cuales nos podemos desprender de toda esa carga que nos agobia; Sigmund Freud afirmaba que la risa -sobre todo la carcajada- ayuda a liberar la energía negativa.
Cuando nos reímos liberamos endorfinas, dopamina (bienestar psicológico), disminuye el cortisol que se conoce como la "hormona del estrés".
Entre los beneficios de la risa están:
•Ayuda a disminuir la depresión, el estrés y la angustia
•Nos ayuda a sentirnos mejor, más confortables
•Limpia y ventila los pulmones
•Mejora la oxigenación el cerebro y del cuerpo en general
•Regulariza el pulso cardíaco
•Ayuda a trabajar al aparato digestivo y regula el intestino
•Relaja los músculos tensos
•Disminuye la producción de hormonas que causan el estrés
•Disminuye la presión arterial de la sangre
•Ayuda a quemar calorías: cuando nos reímos movemos unos 400 músculos de nuestro cuerpo. Algunos investigadores creen que reír 100 veces es equivalente a hacer 10 minutos de ejercicio aeróbico o hacer 15 minutos de bicicleta
•Al reír se segregan endorfinas, unas drogas naturales que provocan euforia y efectos tranquilizantes y analgésicos
•Se fortalecen los lazos afectivos
•Se genera una mayor respuesta del sistema inmunológico ante la enfermedad
•Sirve para descargar tensiones, potencia la creatividad y la imaginación
•Incrementa la autoestima y la confianza en uno mismo
•Es una fórmula eficaz para eliminar pensamientos y emociones negativos
•Alivia el insomnio al producir una sana fatiga que el sueño repara con facilidad

No viva amargado(a), aproveche su tiempo, ríase aunque sea una vez al día y le prometo que su día cambiará radicalmente, las personas a su alrededor verán un brillo en sus ojos y una sonrisa lo acompañara siempre.

Comparta esa alegría con las personas a su alrededor, una sonrisa puede cambiar el día de esa persona desconocida en el autobús, la caja del supermercado o en la calle del barrio, puede inyectarle un dosis de energía que le cambie el día.

Una sonrisa no tiene precio y el compartirlo con las personas que uno quiere menos aún.

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